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ALIMENTACIÓN E HIGIENE

En este apartado se tratan dos temas fundamentales en la vida del jabalí: la alimentación y los baños de barro.
Todos los ejemplares de jabalí que aparecen en este apartado han sido fotografiados en la Sierra de Collserola (Barcelona).

El jabalí es un mamífero omnívoro, es decir que puede comer de todo, y ésta es una de las varias razones de su éxito para la supervivencia. Aún así, muestra clara tendencia vegetariana, pero en época de escasez, o cuando se le presenta la oportunidad, no duda en comer carne.
Gran parte de la dieta del jabalí está compuesta de bellotas y castañas, sobretodo en otoño, por su alto contenido en grasas e hidratos de carbono, lo que le posibilita acumulación de reserva corporal para afrontar el invierno.
En la primavera aumenta el consumo de plantas herbáceas y artrópodos, y en verano come más raíces. Como se ve, el jabalí es un animal oportunista que se va adaptando a las nuevas situaciones y a los cambios de tiempo.
Buena parte del tiempo el jabalí lo dedica a la alimentación.
Mucho alimento lo extrae del subsuelo, previamente localizado con su excelente olfato. Va señalando su presencia por las excavaciones que practica en el suelo como resultado de su búsquesa de raíces, bulbos y champiñones, pues el jabalí es un gran cavador; su jeta está especialmente adaptada para horadar la tierra.
Como perfecto omnívoro que es, el jabalí también puede consumir carne sin problema. De hecho, los ejemplares de menor edad consumen más alimento de orígen animal, como caracoles y lombrices de tierra, probablemente por su mayor necesidad de proteínas en la dieta. En épocas de sequía o escasez de vegetación, los jabalíes pueden comer aves y otros animales tales como roedores, anfibios y pequeños reptiles. No es raro que cacen serpientes, incluso víboras.
Se sabe que los cerdos salvajes en general atacan y devoran serpientes venenosas, algunas tan peligrosas como las mambas africanas, cazadas por los facoqueros. Según parece, los suidos no están protegidos del veneno de ellas por algún anticuerpo específico, sino simplemente por su espesa capa adiposa.


Lo mismo que el jabalí, su pariente el facoquero africano tiene fuentes alimentarias variadas. Pasta y hoza a menudo arrodillado, en busca de raíces y bulbos, sin desdeñar las larvas que encuentra, y ramonea hojas y brotes.

LOS BAÑOS DE BARRO
En contra de lo que algunas personas puedan creer, el jabalí es uno de los animales que más cuida de su aseo personal. Ahí están los baños de barro, vitales para él: primeramente, porque le libera de los molestos parásitos, y en segundo lugar porque enriquece su epitelio con las sales minerales y otras sustancias que abundan en el lodo.
En las dos fotos de arriba, una hembra dándose un higiénico baño de barro, muy recomendable para su piel.
A los lugares fangosos y húmedos donde el suido se revuelca a placer se le llama "baña". La baña puede ser una charca que se está secando o un pequeño charco de escasa profundidad que permita al jabalí poder estirarse por completo y recubrirse de barro.
En estas fotos, un macho practicando un refrescante baño de barro en un caluroso día de verano

¿En qué momento del día el jabalí se da los baños de barro?
Según muchos autores por la noche o al atardecer. El biólogo y naturalista Pascal Étienne lleva varios años observando a los jabalíes en su medio y según él los baños en el fango se los da el animal simplemente cuando se le presenta la ocasión, que puede ser durante el día. En concordancia con la tesis de Étienne, las fotos de arriba, de los jabalíes en el fango, las tomé en pleno día (entre 10 y 11 h de la mañana).

Además de las indicadas, el baño de barro cumple otra función no menos importante: sirve para regular la temperatura corporal, dado que el jabalí tiene atrofiadas sus glándulas sudoríparas, y por ello le son inútiles.
Cerca de la baña, a veces junto a ella, está el árbol, llamado "rascadero", que el jabalí emplea para rascarse, frotando con vigor su cuerpo en la corteza del tronco para quitarse el caparazón de barro, tal como hace este lustroso ejemplar:

En las tres fotos siguientes una hembra y sus jabatos bebiendo agua en una riera en cuyas inmediaciones luego ella se dará un saludable baño de barro.

Los jabalíes no son los únicos suidos que les gusta revolcarse en el barro. En África, los facoqueros y los potamoqueros hacen lo propio. Los potamoqueros, que llevan una vida bastante anfibia en las vastas extensiones de juncos y de cañaverales que cubren las tierras pantanosas, pueden permanecer horas enteras acostados en el fango, que les protege del calor y de los insectos.